Dardo es un oyente de Radio Uno, nacido en San Javier pero hoy, residente en Entre Ríos. Compartió un desgarrador testimonio sobre las consecuencias del bullying y la importancia de la presencia parental. El hombre, que se identificó como padre de un joven que hoy tiene 19 años, relató cómo su hijo sufrió acoso escolar durante cinco años sin que él, inmerso en su vida laboral, notara la gravedad de la situación.

El padre reconoció la ceguera provocada por el ritmo de vida acelerado: "Muy cierto que nosotros como padres andamos acelerados y descuidamos a nuestros hijos. Te cuento por mí parte pasé algo muy feo. Mí hijo sufrió el llamado bullying en la escuela cinco años seguido y yo como padre no notaba que él estaba mal".

》La noche del quiebre

La situación escaló hasta un punto crítico cuando el joven, que entonces tenía 16 años, ya no pudo ocultar más su sufrimiento. El padre recuerda el momento exacto en que tomó conciencia de la profundidad del dolor de su hijo.

"Una noche él le contaba a mí mujer que ya no aguantaba más y yo desde mí dormitorio escuchaba lo que él le contaba a la madre. Me levanto y voy a la cocina y le digo que iba a ir yo a la escuela e iba a hablar con los directivos y me dice: 'No papi, yo a esto lo soluciono yo'."

Una semana después de esa conversación, el joven intentó quitarse la vida ahorcándose en un árbol detrás de su casa. Fue encontrado por su cuñado, quien alcanzó a cortar la soga y salvarlo. El chico fue internado de urgencia.

Fue tras el intento de suicidio que el padre encontró las pruebas del calvario que vivía su hijo en silencio.

"Encuentro un cuaderno escrito por él donde dice muchas cosas que le estaban pasando. Las burlas, lo trataban de gay, se le burlaban de la ropa, de todo, hasta lo escupían. Desde primer año hasta quinto año él estaba así. En ese momento estaba estudiando agronomía.

A partir de la intervención médica y psicológica, el padre recibió la indicación de realizar la denuncia penal correspondiente, lo cual hizo. Sin embargo, la depresión persistió, llevando al joven a intentar quitarse la vida dos veces más.

Pero Dardo hizo una pausa en su vida para dedicarse de lleno a la recuperación de su hijo, reconociendo el error de haber priorizado lo material.

"Yo en esos momentos estaba bien con mí trabajo, todo, pero me había olvidado de mis hijos pensando en darles lo mejor, que no les falte nada, y me descuidé en darle atención. Cuestión, dejé mí trabajo, me interné con él un mes y medio."

La internación fue un proceso doloroso para la familia: "Fue un mes y medio interminable para mí, ver mí hijo tirado en una cama, atado, dopado, con crisis y verlo llorar me partía el alma. Yo no podía hacer nada como papá, era estar a su lado y sufrir con él".

Gracias al apoyo incondicional de su esposa, sus hermanos y, sobre todo, a la voluntad del joven, hoy la historia tiene un final de esperanza.

"Hoy mí hijo tiene 19 años y salió, está con tratamiento psicológico y psiquiatra, terminó la secundaria y hoy estoy orgulloso de él por el esfuerzo que le pone a la vida a salir adelante."

El padre cerró su emotivo testimonio con la prueba de que el amor familiar logró revertir el daño causado por el acoso. El joven está cumpliendo su sueño profesional: "Hoy él está estudiando en la facultad, está estudiando lo que le gusta, lo que sus compañeros le trataron de quitar su sueño: el de Ingeniero Agrónomo".

"Eso es un orgullo para mí por todo lo que pasó y nunca lo dejamos solo. Si no, sería otra la historia."