Radio Uno San Javier

EL VIVO DE LA RADIO

Radio Uno San Javier

La mejor programación

Interés General

21.06.2021 | 04:14 BAJANTE EXTRAORDINARIA

¡Histórico! Asoma una chata de San Javier hundida hace 29 años en arroyo Las Cañas

Se llamaba "Don Ramón" y naufragó cargada de vacunos y caballos el 17 de agosto de 1992. La bajante extraordinaria deja ver la punta de sus corrales, 29 años después de quedar hundida para siempre. 

Por Pancho Ruifernández

El domingo 17 de agosto de 1992, cerca de las 13.30 horas, la tripulación de una embarcación cocinaba un estofado de chivo, mientras llevaban un cargamento de vacunos. Sonaba la música de Orlando Veracruz de fondo, con el paisaje de la isla como testigo.

Para tomar dimensión del tamaño de la inundación en ese momento, vale recordar que el 8 de junio de 1992, el hidrómetro del río Paraná en Corrientes marcaba el valor máximo de 8,63 metros. Hoy la escala registra el punto más bajo de las últimas siete décadas: 0.35 metros.

La chata iba navegando por el arroyo “Las Cañas” del distrito San Javier, ubicado en el cardinal noreste desde el área urbana. Según cuentan quienes iban a bordo, en un momento empezó a entrar agua por una de las escotillas del costado, ocurrió lentamente. Cuando se dieron cuenta no había demasiado tiempo y tampoco se podían ver tantos lugares para “atracar” porque todo era un "mar de agua".

Naufragio y operativo de rescate

En la desesperación, su timonel intentó estabilizar el pequeño barco pero no fue posible. Los miles de kilos de la hacienda en pie que se movían, complicaban aún más las maniobras. La chata se empezó a hundir lentamente, las cuatro personas que iban en la misma lograron tirarse al agua para salvarse, pero gran parte de la hacienda que iba en los corrales, lamentablemente se ahogó con el naufragio.

Una de las partes de la chata asoman en el arroyo.
Una de las partes de la chata asomando en el arroyo

Muchos recordarán esa embarcación de tanta utilidad para la producción ganadera. Solía estar encallada cerca de la playa de San Javier y era parte de la postal habitual que había en la zona de la costa.

Hubo varios intentos para sacarla a flote. Vinieron buzos, lograron atarla con fuertes cables de acero y la misión de sacarla del agua fue casi exitosa, a tal punto que ayudados con enormes tanques, que se vaciaban y hacían presión hacia arriba, la chata empezó a salir del fondo del arroyo, quedando casi afuera.

Pero presentaciones legales, indicaciones de organismos y otras cosas, detuvieron el cometido. Finalmente, una tormenta que azotó la zona, la impactó de lleno, sacudiéndola y llevándola al fondo del lecho, donde quedó dormida para siempre. 

Casi 40 años después, “Negui” Garato, pescador de la zona y otras personas lograron descubrir la postal que la naturaleza regala, como corolario de las tantas historias en nuestras islas, las que todo el tiempo siguen rodeadas de sus misterios.

 

Comentarios